El pasado día 25N, el servicio de Colonia Experimenta participó con la Plataforma de Género con un mapeo colectivo del barrio de Butarque. Esta técnica, habitualmente usada por nuestro servicio, tenía como objetivo analizar las zonas de cuidado e inseguras del barrio. El servicio de la Colonia Experimenta utilizó un gran mapa de Butarque y una serie de pegatinas que indicaban los lugares de cuidado e inseguridad. En cada pegatina se debía especificar el lugar, la edad y la causa de la sensación indicada.
La jornada transcurrió con tranquilidad. A primera hora de la mañana comenzamos con el montaje las carpas a lo largo del bulevar de calle de Berrocal. Cada carpa albergaría una de las múltiples actividades que los diferentes servicios que integran la Plataforma diseñaron a lo largo de estos meses. Se inauguró el acto con la lectura del manifiesto y a continuación las compañeras de la asociación Quiéreme libre realizaron una representación sobre la violencia que se ejerce hacia las mujeres.
A lo largo de la mañana las personas que paseaban por el bulevar compartieron sus inquietudes con el barrio en nuestro mapeo. Debido a que la percepción de la sensación inseguridad no es la misma para mujeres y hombres, diferenciamos la actividad en dos mapas. Este mapeo diferenciado nos permitió comparar si coincidían los lugares indicados y las causas en función del sexo. Mientras que el hombre siente inseguridad por un posible atraco, la mujer siente normalmente miedo por una agresión sexual. Ese miedo limita la movilidad de la mujer en la ciudad, generando una desigualdad a la hora de utilizar el espacio público.
Según fue transcurriendo la mañana ambos mapa se fueron llenando y vimos que la participación de las mujeres era mucho mayor que la de los hombres. Solo al final de la jornada, un grupo de chavales del IES Juan Ramón Jiménez participó activamente contándonos qué sitios solían frecuentar y cuáles evitaban pasar.
Al final de la actividad, los resultados recogidos del mapeo fueron muy significativos. Mientras que los chicos identificaron como espacios de inseguridad aquellos a los que había riesgo de robo, las mujeres identificaron aquellos espacios de inseguridad donde se localizaba “mala gente” o “espacios oscuros”.
Fue muy interesante ver que los hombres eran más proclives a indicar espacios de “seguridad” o “cuidados” que las mujeres, parece que el hombre disfruta del uso de la ciudad y su condición hace sentirse más seguro para ese disfrute. Las mujeres, sin embargo, les cuesta más localizar los espacios de cuidado o seguridad, estos espacios normalmente suelen espacios cerrados o privados. En el caso del ser el espacio público suele compartir una serie de cualidades como: buena iluminación, muy transitado y que esté vigilado. Estos resultados nos permite concluir que a día de hoy la ciudad no es un espacio neutro ni igualitario.